El Poder Creador

El Poder Creador está ligado con el conocimiento y con la actividad atómica.
Todo lo que produce el Poder Creador son “ideas”, que posteriormente se materializan, o se reproducen materializadas hasta el infinito; como un fractal.

El Poder Creador no interfiere (o lo hace muy rara vez), por eso el hombre tiene libre albedrío, y las fuerzas de la naturaleza se manifiestan también con libre albedrío.
El Poder Creador es el que ha establecido las leyes y las normas físicas: que el ordenamiento de los astros se rija por el magnetismo; así, los cuerpos giren alrededor de los soles, los satélites lo hagan a su vez alrededor de sus planetas; que por una extraña razón el orden y lugar de las constelaciones influya en nuestro temperamento (zodíaco); y, de hecho, que haya un ordenamiento lógico-matemático en la consecución de los fenómenos.
El Poder Creador fue el que dispuso que el humano y cualquier otro ser inteligente que traspusiera los límites del instinto y empezara a regirse por la observación de sus pensamientos (la conciencia) se arrodillara ante las Fuerzas Mayores que lo rigen, y las observara, por humildad, por temor, por respeto o por amor.
Y también dispuso la supremacía de la inteligencia, del conocimiento, de la sabiduría, y el desorden inherente (caos - entropía) que genera su inobservancia.
El Poder Creador se sitúa en el Centro del Universo.
No hay otra cosa más allá del Universo, y si la hay, no nos incumbe, ya que lo que percibimos o intuimos ha de ser el único objeto de nuestros afanes y preocupaciones.