domingo, 27 de septiembre de 2009

Luego de tan arduo trabajo de autosuperación para alcanzar el más elevado desarrollo de sus posibilidades, Nietzsche supone que el "hombre" ya no necesita de "la idea de Dios". La supresión de la idea de Dios supone el momento en que el hombre ha alcanzado la madurez necesaria para prescindir de algún otro que establezca las pautas y los límites a la naturaleza humana, o sea, la moral.
La moral impuesta va inextricablemente ligada a lo irracional, a las creencias infundadas (o más bien inferidas), es decir, a 'Dios' en el sentido de que la moral emana de la religiosidad, de la fe axiomática, de la pérdida colectiva de juicio crítico, manipulado en favor del interés de los poderosos y el fanatismo de la plebe. Para Nietzsche la moral ha de ser sustituida por la Realidad, es decir, el hombre entregado con autenticidad a la consumación de su propia existencia.

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